Comenzaré por definir a la información y al conocimiento.
La información, son todos aquellos sucesos que percibimos y vivimos en el día a día, mientras que para convertirlos en conocimiento, se requiere que los hayamos interpretado, dentro de un contexto y buscando una finalidad.
Vivimos en una actualidad que avanza con tal velocidad, que hoy en día tenemos el poder en nuestras manos. Tenemos la capacidad de obtener información con un aparato muy pequeño y que se maneja con un solo dedo. Las comunidades virtuales nos permiten estar informados en todo momento, los medios para acceder a ellos los traemos en los bolsillos y los podemos transportar a donde quiera que vayamos sin ninguna dificultad. Es decir, la información nos bombardea por todos lados, y por eso es importante que sepamos distinguir lo que realmente nos sirve de aquello que no es relevante.
Como lo menciona Peter Drucker, el hecho de “utilizar conocimiento para generar más conocimiento, se basa en una perfecta organización y sistematización”, característica que hoy nos exige la cantidad tan impresionante de información a la que tenemos acceso; haciendo uso de la recepción crítica, puesto que no todo es de utilidad.
La tecnología hoy nos permite tener acceso a más y más información, para almacenarla y difundirla entre más gente. La sociedad sabe que tiene la obligación de tomar únicamente lo que le servirá, y desechar todo lo que impide que crezca su conocimiento.
La sociedad de la información, se caracteriza por hacer tanto a la información como al conocimiento, parte fundamental de la vida en sociedad. Surge de la implantación de las tecnologías de información y comunicación (TIC) en las relaciones sociales y culturales de una comunidad, quitando las barreras del tiempo y el espacio y haciéndose cada vez más amplia y mucho más accesible.